TURISMO, LAGAR HOTEL BOUTIQUE

En Molina a dos cuadras de Plaza de Armas se ubica este hotel boutique que busca conquistar no sólo a habitantes de la localidad sino también ser una alternativa para turistas que llegan a la zona encantados con los atractivos turísticos del sector.

 

Este proyecto nace el año 2011 de la mano de Patricio Ponce y su señora Marta Arqueros, quienes soñaban con tener un lugar entretenido y acogedor, una especie de hostal en donde recibir gente, estar en contacto con turistas que paseaban por la región, dar a conocer y potenciar el desarrollo vitivinícola de la zona y los encantos de lugares tan increíbles como las Radal Siete Tazas. Y así nació Lagar Hotel Boutique, de un sueño.

Hoy este hotel es ante todo un lugar con encanto que busca entregar una experiencia acogedora, íntima y de excelencia a sus pasajeros. La idea es que se sientan como en su casa y dispongan de todo lo necesario para que así sea. “Junto a nuestros hijos Patricio, arquitecto y Catalina, periodista, más nuestro yerno Francesco, chef y sommelier, nos embarcamos en este proyecto y elegimos Molina por el inmenso cariño que le tenemos. Hemos vivido aquí durante años y apostamos por la ciudad buscando entregar una atención personalizada, ambientes acogedores, buena comida y precios razonables. Acá sólo hay hostales y residenciales. Buscamos en Villarrica, pero al final nos dimos cuenta que en Molina estaba todo por hacer. Había que jugársela por nuestra ciudad, conocemos la zona, tenemos redes y había todo un potencial turístico que desarrollar y descubrir, un público al que atraer que no estaba siendo atendido” comenta Patricio.

 

Buscaron muchas propiedades hasta que llegaron a esta casa que estaba en ruinas en el casco más antiguo de Molina, cerca de la Plaza de Armas y del mercado. En algún minuto pensaron en recuperarla, pero no era viable. Finalmente la compraron y la echaron abajo. De la mano de Patricio, arquitecto comenzaron a levantar una construcción de dos pisos que respetara el entorno del barrio, manteniendo la fachada continua y el aspecto del resto de las construcciones del lugar. Por dentro un espacio sobrio y limpio de nueve habitaciones más una cafetería, un salón de eventos y un patio interior que promete ser un espacio encantador para los días de verano.

 

Paralelamente Catalina se vino de Santiago a vivir a Molina con su marido e hijos con la misión de buscar financiamiento, armar un plan de negocios, en fin, se hizo cargo de echar a andar el proyecto que recién, en abril de este año abrió sus puertas y que tiene a toda la familia Ponce Arqueros súper entusiasmada. “Ha sido una experiencia intensa, equipar todo, ha sido harto trabajo. Aún nos falta ajustar muchos detalles, pero estamos felices y motivados. La cafetería ha sido un súper buen gancho tenemos página web, estamos en Booking, Facebook, y el boca a boca, nos ha ayudado a darnos a conocer. Ya hemos hecho varios eventos. Hemos trabajado con municipalidades y empresas que han hecho capacitaciones, coffee break, tenemos un salón acondicionado para ese tipo de necesidades. Nos han pedido el hotel para reuniones de alcaldes de la provincia y en general hemos tenido una muy buena acogida de la gente de Molina, los que vienen a almorzar o a tomarse un café. Nosotros estamos atendiendo siempre, pendientes de todo. Damos recomendaciones de lugares para visitar, si hay algún pasajero turisteando lo asesoramos y así vamos buscando dar el mejor servicio. En Chile el turismo es un área que está creciendo mucho, cerca del 12 por ciento y no se puede descuidar esta nueva fuente de trabajo”.

 

¿Cómo eligieron el nombre del hotel?

Lagar se le llama al lugar en una bodega donde llega un producto, llámese la uva o las aceitunas en el norte y en ese lugar el producto se transforma. Como somos una zona vitivinícola pensamos en que por ejemplo nuestros pasajeros que pasen por acá tengan una experiencia distinta, que los transforme. También nos suena a hogar algo acogedor.

 

¿Qué tipo de pasajeros han recibido en el hotel?

Nos han llegado turistas que son los que van al Radal Siete Tazas, hay un flujo de gente importante que viene a la zona para conocer nuestra naturaleza. Además somos el corazón vitivinícola de Chile. Llegan muchos turistas que visitan las viñas de nuestra región.  el otro tipo de pasajero que llega generalmente es el profesional, ejecutivos que vienen a hacer trabajos a empresas de Molina, muchas viñas del sector como Echeverría, Aresti, San Pedro.

 

¿Qué desafíos se vienen por delante?

Potenciar más al pasajero que viene a turistear, el que viene a las viñas, a las Siete Tazas, poder ofrecerles paquetes completos, nuevos servicios, armar alianzas, dar a conocer la zona, las cosas que se están realizando que son bien entretenidas ligadas a la tierra a la naturaleza, a nuestras costumbres y tradiciones, las cosas pintorescas.

Acercar a la gente al mundo del vino. Por lo mismo el pasado 4 de septiembre celebramos en el hotel su día. La idea es potenciar y promover la nobleza de un sector de vocación vitivinícola. Queremos ser embajadores de nuestra tierra, saber de nuestras viñas, cepas y abrir este mundo para que todos lo conozcan.También queremos abrir un restoran. Hoy sólo tenemos cafetería y almuerzo ejecutivo. Estamos construyendo un equipo, queremos lograr armarnos de un grupo de gente de confianza. Además, buscamos ser un hotel boutique amigable con el medio ambiente, la idea es conectarnos con un sistema de energía solar para el agua caliente y la calefacción, ya está todo preparado para poder hacerlo. Y más adelante sacar los sellos de sustentabilidad y armar una huerta.

Dirección: Membrillar #1217 Molina, región del Maule. Teléfono 752395778

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