José Miguel Villanueva García, gerente general Hotel Marina Vichuquén. Una gran apuesta para el turismo de la región

 

En nuevas manos está hoy este reconocido hotel ubicado en el sector de Aquelarre. La idea es llegar a convertirse en el punto de encuentro del lago Vichuquén durante todo el año, no sólo para sus huéspedes sino también para todos los que visitan el lugar.

 

Con toda la confianza y ganas de hacer bien las cosas nos encontramos con el nuevo gerente del Marina Vichuquén quien, luego de que su papá Jorge Villanueva lo comprara a la familia Giangrandi, apostó por el desafío encomendado de renovarlo y darle nuevos aires.

 

José Miguel, 27 años, es de Rengo, estudió en los Maristas de San Fernando, ingeniero civil industrial de la Universidad Católica. Es el tercero de los cinco hermanos de la familia formada por Jorge Villanueva e Ilia García.

 

¿Cómo empezó esta aventura?

Mi papá siempre se ha dedicado al tema forestal y hace un tiempo compró un campo que queda en el cruce Las Juntas, cerca del poblado de Vichuquén llamado “Corso Magenta” cuyos dueños los Giangrandi también eran propietarios del hotel Marina.

El corredor de propiedades que gestionó la venta del campo le comentó a mi papá que el hotel también se vendía y fue ahí que viendo una oportunidad de negocio decidió adquirirlo.

Un mes y medio después de la compra, en el que nunca nos contó nada, nosotros pensábamos que estaba viendo una casa en el lago y cuando cumplió 60 años el 18 de junio del 2020 en una comida de celebración familiar nos habló de su nueva adquisición.

 

¿Y ustedes sabían algo de hotelería?

¡¡Nada!! Imagínate que ninguno de nosotros se maneja en ese tema. A mi papá le encantó el lugar y era una oportunidad de negocio y listo. Mi mamá es profesora y psicopedagoga y además es dueña de Seigard una empresa dedicada a materiales didácticos para la educación y mis hermanos todos profesionales se dedican a otras cosas. Desde que éramos chicos íbamos al lago a la casa de un amigo de mis papás de San Fernando, cerca de el sector Punta del Barco, así que ubicábamos perfecto el lugar, pero de ahí a tener un hotel era otro cuento.

 

¿Cómo llegaste tú a trabajar al hotel?

Yo trabajaba en un start-up de dentistas en donde estaba a cargo de crear el modelo de negocio e implementar el área comercial. Cuando nos pidieron que junto a mi hermana Ilia, ingeniera comercial, nos hiciéramos cargo de darle vida al Marina, la Ilia que es súper creativa y le encanta el diseño se hizo cargo de ver esos temas y yo veía desde los proveedores a todo lo que tuviera relación con los números.

 

¿Cuándo abrieron el hotel al público?

En diciembre del 2020 abrimos, con el mismo administrador que había, pero sólo empezamos a operar el restaurante. Sabíamos que contábamos con un excelente chef y había mucho personal encariñado con el Marina que continuó con nosotros y les encantó la idea de que quisiéramos mantener el hotel abierto todo el año.

Comenzamos a activar todo el tema de las redes sociales para que la gente supiera que el Marina estaba abierto, pero sabíamos que había que arreglar un par de cosas antes de recibir huéspedes.

Hubo que ordenar el cuento y priorizar los arreglos que había que hacer. Comenzamos por tener agua potable porque para los huéspedes del hotel el ítem del agua salada era un tema. En Booking los mayores reclamos era por el agua. No fue menor lograrlo, pero creemos que era fundamental para el buen funcionamiento del Marina. Además, fortalecimos la red de agua caliente para tener capacidad para todo el lugar, que también era un punto que había que solucionar.

 

¿Qué otras medidas fueron tomando?

La segunda prioridad fue hacer un muelle flotante que quedó espectacular porque el antiguo estaba todo podrido. Era importante considerar este punto porque muchas personas llegan al hotel en lancha y si no tienes un buen muelle es difícil que se animen a ir si no están las condiciones dadas. Se hizo flotante para que se adaptara según las aguas del lago que fluctúan según las épocas del año. Era necesario que la primera impresión de la gente que viniera fuera la de llegar a un lugar que está en perfecto funcionamiento y además cómodo. Hemos recibido muy buenos comentarios respecto a este arreglo y obviamente eso nos anima seguir mejorando porque la gente lo agradece.

También empezamos a hacer sunset, con música, DJ, todo en la terraza para que la juventud fuera al hotel y ellos mismos les contaran a sus papás que estábamos operando y haciendo actividades entretenidas.

 

¿Cómo han hecho para ir profesionalizando las operaciones del hotel?

Con la asesoría de Pablo Marconi quien tiene gran experiencia en el tema hotelero, (fue ex gerente general del Radisson) buscamos contratar un nuevo administrador. Fue el mismo quien nos recomendó a un señor que se había jubilado y que estaba viviendo en Chiloé y que había sido su mentor. Así llegamos a José Mario Toro quien fue gerente de varios Sheraton en distintos países y tiene más de 35 años de experiencia. Cuando le contamos de nuestro proyecto se entusiasmó ante la idea de un hotel boutique y el hacerse cargo de su operación y aceptó nuestra oferta. Sin embargo, nosotros como familia también queremos estar en el día a día del hotel todo lo que se pueda porque creemos que es súper importante nuestra presencia para que las cosas funcionen. El foco está en ir avanzando, que los procesos mejoren y también tenemos en mente crecer porque ya estamos quedando cortos en la capacidad que tenemos.(18 habitaciones)

A su vez cambiamos la imagen corporativa del Marina, hicimos un Instagram y actualizamos todo lo referente a las redes sociales. La idea es diferenciarse de lo que había, hay que refrescarse y mostrar que somos una familia que quiere volver a hacer del Marina el punto de encuentro del lago y también que los residentes del lago sepan que en el hotel contamos con un servicio de primer nivel. No estamos pensando sólo en nuestros huéspedes sino también en la gente que tiene casas acá y visita el lugar.

 

¿Y qué se viene?

Otra de las cosas que queremos hacer para el invierno son hot tub, arreglar los baños de las habitaciones y así ir de a poco metiéndole onda y haciendo del hotel un lugar que en el invierno sea un destino rico y entretenido. Más adelante queremos arreglar lo que era el supermercado y la cafetería y vamos a hacer pasarelas que conecten el hotel con estos sectores para facilitar el acceso. Aún no tenemos claro que haremos con esos espacios, pero estamos evaluando diversas opciones.  También tenemos un plan de remodelación en carpeta, tanto en arquitectura como en decoración, no lo hemos concretado aún por la incertidumbre de la situación actual tanto en el país como en el mundo, lo que nos tiene un poco frenados por el momento. Es grande la inversión, pero la idea es avanzar a paso seguro.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

shares