Francisco Astaburuaga Vila. Hacer historia en su afición de corredor de rodeos
El trayecto de corredor de rodeo-hijo de criador-huaso chileno-agricultor, que ha hecho de los caballos y del mundo campesino un eje que disfruta con su familia y amigos, se manifiesta en las distintas medialunas cada vez que corre. Puro talento y afición repleto de satisfacciones.
Su ruta de jinete del rodeo chileno ha sido un gran acierto. Dedicación magnífica por la que Francisco Astaburuaga Vila, 38 años, de Asociación Ñuble, ha recibido reconocimientos y premios, pero Francisco se mantiene humilde y le da todo el crédito a su yegua la Indiecita. “Entre más bajo presión está, más entrega. La he corrido en dos temporadas y nunca se ha ido al piño. Ella agarra el animal de donde sea y ahí se queda, no se mueve ni un centímetro. Es la yegua más valiente que me he subido”, afirma. Un trabajo generoso el de Francisco, ejecutado con compromiso por este corredor-hijo de criador-huaso chileno–agricultor, que ha hecho de los caballos y del mundo campesino un eje que disfruta con su familia y amigos en su campo El Peñón, en Curicó.
Inolvidable para Francisco es este último Champion de Chile 2023, quien por primera vez llegó a la Medialuna Monumental de Rancagua, donde tuvo la oportunidad, de correr en la jornada del sábado la Serie Segunda Libre A, en Indiecita junto a su compañero Tomás Pradenas, en Panchito, ambos de Criadero Las Achiras. “Llegamos con lo justo. La Indiecita estaba con dermatitis en las paletas y además contracturada. El único trabajo que tuvo fue que la sacaban a pasear de tiro. Así participamos en Pelarco, pero no hicimos mucho. Luego se recuperó y llegamos a Osorno en las mejores condiciones y clasificamos en la Serie mixta del sábado, con una gran actuación de los caballos, ahí la Indiecita demostró que estaba para grandes cosas”, cuenta con entusiasmo.
Y luego, “llegamos a Rancagua con la única meta de pasarlo bien y disfrutar de donde estábamos. Y lo logramos. Además de compartir con grandes jinetes, después nos llegó este regalo, la clasificación”, relata. “Fue en la Serie Criaderos que con Tomás nos dimos cuenta que con los caballos podíamos clasificar a la final. Corrimos 4 animales y en todo momento de la competencia estuvimos siempre puntuando arriba, hasta que en Segunda Libre A, clasificamos a la final”.
Para Francisco, lo más bonito “es que estábamos con nuestras familias, una barra tremenda. La Serie terminó a la 1,00 am, llenos de aplausos, llantos, gritos y alegría. La clasificatoria fue maravillosa”, recuerda emocionado. Casado con Catalina Figueroa, tienen dos hijos, Josefina, 14 y Francisco, 10 años. De profesión Ingeniero Comercial, Universidad de Talca, agricultor, gerente Administración y Finanzas de Exportadora del Sur S.A., en Curicó.
Raza y familia en Criadero Las Achiras, Ñuble
Francisco tiene una vida ligada al campo y sus tradiciones que como forma de vida es manifiesta. “Desde muy chico, mis primeras fotos estoy montado a caballo. Mis primeros acercamientos a los caballos fueron con mi abuelo, Aníbal Astaburuaga Bravo. Una vez desfilé con él también en un caballo overo. Yo era su nieto mayor y regalón. El era mi ídolo, no podía estar lejos de él, lo acompañaba a todos lados. Después crecí viendo a mi papá Joselo Astaburuaga Pérez; un ídolo del mundo del rodeo. Tres veces campeón de Chile, ha ganado todo lo que ha habido para ganar. Crecí imaginando que algún día yo también podría entrar a una medialuna. Pero no fue fácil, para poder andar a caballo, mis papás me exigían notas 6 o 7 en el colegio, y me costaba. Estudiaba en la Alianza Francesa de Curicó, donde entré a 6to básico y mis compañeros, todos ya hablaban francés y yo no entendía nada, lo que me bajaba todo el promedio. Pero lo logré. Desde entonces mi padre ha estado apoyándome en todo. Es pilar fundamental en mi familia, muy importante en nuestro núcleo familiar. Mi orgullo es que he sido su collera en 6 ocasiones. En Rodeos de Los Angeles, en la Asociación Malleco y en Temuco. En dos oportunidades resultamos ganadores, otra salimos segundos y en otras 4tos.
Le pregunto por la historia de Criadero Las Achiras, Los Angeles, de su padre que tantas satisfacciones le ha entregado. “Mi padre vive en Los Angeles, pero su criadero parte muchos años atrás en Pelarco. Todo empezó con la primera yegua que se inscribió en 1969, La Acurrucada, hija del Huila un potro famoso, y de madre una yegua que mi abuela Agustina Pérez Romero, le regaló a mi papá. La Acurrucada luego tuvo muy buena descendencia hijos de caballos de alta calidad. Y así Criadero Las Achiras se fue renovando. Luego mi papá decidió reproducir una hija del Reservado, de don Hugo Cardemil, que fue el potro Campeón de Chile. De la hija del Reservado, nació La Tinaja, que por la madre viene del Huila, oséagenéticamente se volvió a 40 años atrás, dice. De La Tinaja nace la Indiecita, la Media Vueltay Panchito, caballo de mi papá y que corre Tomás Pradenas, mi compañero, y varios otros caballos que pronto van a empezar a correr. El Vagabundo, que es de Tomás, el Campero hijo de Panchito y la yegua Siempreviva de mi hijo Francisco”, cuenta Francisco.
Pero la yegua la Indiecita es su favorita. Y tiene razones. “Me la regaló mi papá. Una yegua overa color que la hace única y notoria en toda competencia. Tiene una historia de esfuerzo, que por su color no muy apreciado no era bien vista. Y es que nosotros los huasos generalmente nos acomoda más un caballo con un color cubierto completo y ella es lo contrario. Pero es una yegua muy noble, humilde y carismática. Cuando ella entra a la medialuna se luce. Apenas con su 1,38 de alzada, tiene una fuerza gigante”, dice con orgullo. Es hermana de Panchito. Y agrega. “Recuerdo cuando clasifiqué a Rancagua, mi papá me preguntó ¿qué te ganaste? Le muestro la escarapela y la medalla, y me dice ‘No sólo te ganaste eso, también te ganaste la yegua porque te la quiero regalar. Ahora es tuya’ y me dio un abrazo y un beso”, relata feliz y emocionado. Francisco planea reproducirla este año mediante transferencia de embriones.
Afición de grandes satisfacciones
A su talento de jinete del rodeo chileno se le añade las grandes satisfacciones que este le ha traído. “He clasificado en 5 oportunidades, revela. Tres veces en Engañador, con mi compadre Eugenio Cepeda, de Talca. Temporadas muy bonitas de mucho aprendizaje y amistad. Antes corrí con Jaime Mito Muñoz, de Molina. Yo tenía 16 años, y luego corrí en Talca y Linares. Después decidimos correr en Ñuble porque también los rodeos son muy buenos y con mucha calidad humana de todos. Además los caballos en competencia están en el campo de mi papá en Los Angeles, todo más cerca. Allí conocí a mi compañero Tomás Pradenas. Mi papá nospresentó en un asado. Tomás ya había clasificado una vez antes, traía aprendizaje y las condiciones de corredor innatas en él. Nos saludamos, nos miramos y nos pusimos de acuerdo para correr juntos la temporada. Nuestro debut fue en la medialuna de Yerbas Buenas organizado por el Club Alborada, de Linares, donde están grandes amigos míos. Nos ganamos la Serie y después el domingo el Champion, corrimos además un caballo de Tomás y yo en Oliva, que es una yegua de mi hija Josefina”, afirma.
Para la temporada 2024 que pronto empieza, la collera Astaburuaga y Pradenas ya se preparan. “Nuestro objetivo es seguir pasándolo bien y disfrutando las alegrías del rodeo. En esta temporada también voy a tener una collera con mi papá, en un caballo que es criado por Las Achiras y el otro lo compramos y lo salimos a probar a la medialuna de Chacaico, de la Asociación Malleco, donde nos ganamos la Serie y al otro día el Champion. Así que ya cumplen con el requisito de 11 puntos”, cuenta entusiasmado.